Cuando llega el 15 de abril, Hacienda espera que presentes tu declaración y pagues puntualmente los impuestos que debas. Solicitar una prórroga puede retrasar el plazo unos meses más, pero no retrasa lo inevitable. En algún momento, tendrás que dar la cara, y cuanto más esperes para presentar la demanda, más graves pueden ser las consecuencias. Aunque no debas impuestos, te conviene presentar la declaración lo antes posible. He aquí lo que puede ocurrir si no actúas.
Las sanciones y los intereses empiezan a acumularse
La consecuencia más inmediata de no presentar la declaración de la renta es que te impondrán sanciones e intereses. Hay dos sanciones distintas que pueden aplicarse si debes impuestos:
- Multa por no presentar la declaración – Si no presentas la declaración en el plazo establecido, se te impondrá automáticamente una multa por demora equivalente al 5% del total de los impuestos adeudados. La multa se acumula por cada mes o parte de mes que no declaras y puede llegar al 25%.
- Multa por impago – También se aplica una multa del 0,5% del saldo adeudado cuando no se pagan los impuestos pendientes. Cuando ambas sanciones son exigibles, la sanción por falta de presentación se reduce al 4,5%. Hacienda reducirá la multa por impago al 0,25% para los contribuyentes que resuelvan su deuda tributaria mediante un plan de pagos mensuales.
Como incentivo adicional para que los contribuyentes presenten sus declaraciones a tiempo, Hacienda también cobra intereses sobre los impuestos impagados. El interés está vinculado al tipo federal a corto plazo y se ajusta trimestralmente, pero no es raro que oscile entre el 3% y el 10%. Aunque puedas conseguir que se reduzcan las sanciones, no puedes conseguir que se reduzca el importe de los intereses que debes.
Pérdida de devolución y otros beneficios fiscales
Si te van a devolver dinero, no hay ninguna penalización real por no presentar la declaración a tiempo, pero no puedes permitirte posponerlo eternamente. Hay un plazo de prescripción de tres años para presentar la declaración de la renta y solicitar la devolución, y si no presentas la tuya a tiempo, el dinero que te deban se perderá a favor del gobierno.
El límite de tres años también se aplica si piensas solicitar determinados créditos fiscales, como el Crédito Fiscal por Ingresos del Trabajo. No puedes reclamar retroactivamente el crédito en ejercicios fiscales posteriores, así que si no presentas la declaración, sales perdiendo. Por último, si eres autónomo y no presentas la declaración, no obtendrás ningún crédito para las prestaciones de jubilación o invalidez de la Seguridad Social.
Se puede presentar una declaración sustitutiva
En algunos casos, Hacienda puede decidir presentar una declaración sustitutiva en tu nombre utilizando tus formularios W2 o 1099. Aunque pueda parecer más fácil dejar que el Tío Sam haga todo el trabajo duro por ti, podría acabar costándote aún más a largo plazo. Cuando se presenta una declaración sustitutiva, sólo tienes una exención y se aplica la deducción normal. Eso significa que, aunque tengas personas a tu cargo, una cantidad considerable de gastos detallados o tengas derecho a créditos fiscales, nada de eso cuenta a tu favor y tu deuda tributaria podría estar muy sobrevalorada.
Una vez completada la declaración sustitutiva, Hacienda enviará un Aviso de Deficiencia con una propuesta de liquidación tributaria. Entonces tendrás 90 días para presentar tu declaración o interponer una demanda ante el Tribunal Fiscal. Si no sigues ninguna de las dos opciones, tendrás que pagar la cantidad que Hacienda haya determinado que debes, junto con los intereses y multas que hayas acumulado mientras tanto.
Aplicación de las medidas de recaudación
Si Hacienda presenta una declaración sustitutiva y emite una liquidación, las acciones de cobro pueden no tardar en llegar. Dependiendo de cuánto debas y de las circunstancias que rodeen tu falta de presentación, la ejecución puede adoptar varias formas:
- Embargo fiscal – Un embargo fiscal es una incautación de tus bienes. Normalmente, los embargos adoptan la forma de un embargo de salario o de cuenta bancaria, aunque también pueden embargarse tus bienes personales, como una vivienda o vehículos. En caso de embargo de cuenta bancaria o de salario, están exentas determinadas cantidades, como las prestaciones del SSI o por incapacidad y las pensiones alimenticias recibidas.
- Embargo fiscal – Hacienda también puede decidir embargar tu propiedad. La única forma de deshacerte del embargo es saldar tu deuda tributaria o vender la propiedad, en cuyo caso los beneficios se pagan al acreedor del embargo. Tener un embargo en tu contra también daña tu crédito, lo que puede dificultar la solicitud de nuevos préstamos o líneas de crédito.
- Enjuiciamiento penal – Aunque el impago de impuestos suele ser un asunto civil, Hacienda puede convertirlo en un caso penal si cree que intentaste voluntariamente eludir el pago. No presentar una declaración es técnicamente un delito menor, castigado con una multa mínima de 25.000 $ y hasta un año de cárcel. En el otro extremo del espectro está la evasión fiscal, que puede acarrearte hasta cinco años de prisión y una pena de hasta 100.000 dólares.
Como puedes ver, esperar a llegar al punto de ejecución para ocuparte de una declaración no presentada sólo hace que limpiar el desorden sea mucho más difícil. Hacienda tiene varias soluciones que pueden ayudarte a resolver la situación, la opción que más te conviene viene determinada por la situación fiscal, financiera y, a veces, personal.
Consultar a un profesional fiscal bien informado puede ayudarte a determinar qué opción es la más adecuada para ti.